domingo, 26 de junio de 2011

Cuento - parábola

Dice que un pueblo se estaba inundando..., entonces en una iglesia, el cura y otros chicos se suben al techo del lugar para que no los tape el agua.

Trinidad en barca
Llega una lancha, y les dice que los viene a salvar, a lo que el cura le contesta: ”Yo no voy a subir, porque se que Dios me va a ayudar y me va a salvar”... esta bien le dijeron, se subieron los otros chicos a la lancha y se fueron....
Al rato el cura ya tenía el agua en la cintura y llega otra lancha y les contesta lo mismo: ”Yo siempre rezo, y se que Dios me va a salvar...” y la lancha se va.
Ya con el agua en el cuello, llega otra lancha y les contesta lo mismo..., al rato el cura se muere ahogado.
Cuando llega al cielo, pide hablar con Dios y muy enfurecido le dice que porque había muerto, si el siempre rezaba y creía en Él..., a lo que Dios responde:
”Tres lanchas te mandé, que más quieres?”

sábado, 25 de junio de 2011

La ostra que perdió su perla

Una ostra se encontraba muy triste porque había perdido su perla.

Le contó su desgracia a un pulpo; Download Un pulpo (259Wx215H)el pulpo se la contó a una sardina; la sardina a un cangrejo, y el cangrejo se la contó a un ratón que estaba por la playa.

El ratón dijo: «Pobre ostra. Voy a ver si le encuentro algo parecido a la perla que perdió». El ratón buscó y no encontró algo como lo que le había indicado el cangrejo.


Encontró una piedra que era blanca y dura pero no brillante; luego una moneda de plata blanca, dura y brillante pero no pequeña...
Al ratoncito se le ocurrió ir a la casa de un niño al que se le acababa de caer el diente de leche. El niño lo había dejado en la mesita. En eso el ratoncito se acercó y lo cogió, comprobó que era blanco, pequeño, duro y brillante. «Esto sí servirá», pensó el ratón.

A cambio le dejó al niño la moneda. Luego volvió a la playa le dio el diente al cangrejo, que se lo dio a la sardina, que se lo dio al pulpo, que se lo dio a la ostra. La ostra miró el diente y se puso contentísima era del mismo tamaño de la perla que había perdido. Así que lo puso en el sitio de la perla, lo recubrió con un poco de nácar y nadie pudo notar la diferencia.

Por eso, cuando un niño pierde un diente, el ratón se lo lleva y le deja a cambio un regalo.